Carboxiterapia

La carboxiterapia es un tratamiento estético no quirúrgico que favorece la oxigenación de las células corporales mediante la infiltración de CO2 (dióxido de carbono), que mejora la circulación sanguínea al conseguir que los tejidos subcutáneos se relajen y se produzca una dilatación vascular.

También tiene algunas aplicaciones en el campo de la salud como en aquellas enfermedades causadas por problemas de circulación sanguínea o acumulación de grasa en las arterias. La carboxiterapia se pueden aplicar, entre otras, en el tratamiento de:

  • La celulitis.
  • Grasa localizada.
  • Estrías.
  • Arrugas faciales.
  • Flacidez de la piel de la cara.
  • Blanqueamiento de ojeras.

¿EN QUE CONSISTE?

El dióxido de carbono se infiltra por vía subcutánea, percutánea o intradérmica a través de una aguja muy fina, esta se conecta a un equipo que permite controlar el flujo y volumen de gas y mantener una presión constante durante el tiempo necesario. Tras su aplicación se da un ligero masaje en la zona con el fin de facilitar la distribución del dióxido de carbono.

Aunque no está recomendado en pacientes con cierto tipo de enfermedades, por ejemplo, diabetes, problemas renales, cáncer, etc, embarazadas o en período de lactancia. Es mejor consultar antes al profesional sanitario.